Detrás de esta belleza tan perfecta formada por un banco de jureles negros hay un propósito claro: protegerse de los depredadores. Una vez disueltos, fueron pasto de delfines, aves y tiburones.
La instantánea fue tomada en el Océano Atlántico.
Fuente: National Geographic.
3 comentarios:
PARECE LA PELÍCULA DE NEMO JAJA :)
Es verdad
Que cantidad de peces!!!!
;)
Aunque tengan memoria de pez:),son muy listos ,que ideas!
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