

Una vez allí, los nervios por ver un paisaje espectacular, distinto al de cada día. Comenzamos a pie de estación con una foto de grupo, siempre para el recuerdo.
Poco después, empezamos con el reparto de material: primero los cascos y chalecos, luego las "temidas" botas, que nos hacían caminar de una forma bastante ortopédica, ¿verdad?. Eso tampoco fue impedimento. Poco después, ya con todo lo necesario, empezamos a desfilar hacia el telesilla. ¡Qué experiencia! Porque el día de sol y cielo despejado hizo que el ascenso y descenso fuese precioso. ¡Qué vistas! No había vértigo ni miedo posible, pues la panorámica resultaba de lo más relajante.

¡Qué rápido pasó la mañana! Volvimos a descender. Dejamos todo el material mientras comentábamos nuestras primeras impresiones y anécdotas. Nos dirigimos al autobús para reponer fuerzas rápidamente: ¡nos esperaba una guerra de bolas de nieve!
A las 4 de la tarde, empezamos a decir adiós, aunque no había acabado todo: un largo camino de vuelta con muchas risas y canciones y un sentimiento común: ¡¡el año que viene más!!
2 comentarios:
el mejor dia lectivo de mi vida :) -_-"
Fue genial , hay que repetir
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